dos palmeras en la playa

La historia de Formentera a través de sus iglesias

Nuestra isla ofrece muchas posibilidades: lugares para disfrutar, comidas que probar, construcciones que visitar, historia que conocer… En este post te contamos un poquito de la historia de Formentera a través de las iglesias.

Mucho antes que todos nosotros por Formentera pasaron púnicos, romanos, árabes y cristianos, dejando huella en su historia.

Destacamos que la isla tuvo una época muy difícil entre los s. XV y XVI, piratas y corsarios se refugiaron en ella y provocaron un despoblamiento por falta de seguridad.

Tras muchos años de olvido, en el s. XVII el rey empieza a hacer concesiones de tierras para cultivo y se consolida una repoblación tardía en el s. XVIII. Se construye la primera iglesia:

Iglesia de Sant Francesc (1726 a 1738).

Fue una fortaleza para protegerse de los ataques piratas.

Es austera, con muros encalados y sin ornamentos. La puerta está forrada de chapa de hierro y la protege una ‘buhonera’ desde la que se disparaba a los asaltantes. En el interior tiene una nave con cubierta de bóveda de medio cañón y capillas laterales. Hay una pila bautismal de la que se duda su procedencia.

No existen fotos anteriores a la Guerra Civil, donde se perdieron. Al lado se puede ver un brocal que recoge el agua de lluvia que cae sobre la iglesia y detrás hay un pequeño cementerio.

Iglesia de Sant Ferran (1853 a 1889).

Fue construida con arenisca y argamasa de cal, tiene planta rectangular y una bóveda de cañón. En 1903 se construyó el cementerio, y alrededor, el núcleo de población.

En la Guerra Civil, los republicanos atacaron sus símbolos religiosos y los franquistas realizaron fusilamientos extrajudiciales en los muros de su cementerio.

Iglesia de la Mola (1771 a 1748).

Los propios habitantes pidieron permiso al arzobispo de la época para edificar la iglesia ya que se encontraban muy lejos de la de Sant Francesc. Y ese mismo año comenzó la construcción y al acabar se fundó el pueblo.

La iglesia es sencilla de una sola planta, tiene una nave rectangular y una cubierta de bóveda de cañón. Es blanca y tiene un gran pórtico. En la campana hay una inscripción en latín que significa ‘Harmanus Walbroek me hizo en Rotterdam en 1774’, se cree que proviene de un barco holandés.

Todas son declaradas Bien de Interés Cultural, y todas se encuentran en el pueblo cuyo nombre indican.

¡El saber no ocupa lugar!