Formentera, de faro a faro.

Todo aquel que pisa por primera vez la isla de Formentera tiene dentro de su ruta la visita, casi obligada, a los famosos faros de Cap de Barbería y el de la Mola.

Aunque más bajar del barco que llega al puerto de la Savina podemos ver el primer faro, el faro de la Savina. El faro que guía a los barcos por las noches en sus rutas de navegación, situado en unas rocas cercanas al puerto y muy cerca del lago “Estany des peix” (estanque del pez), debido a la cantidad de peces que tiene esta laguna casi cerrada.

Que la luz te guíe…

Al salir del puerto de la Savina, nos encontramos con una recta carretera que llega hasta la capital de la isla, Sant Francesc, hasta llegar al Faro Cap de Barbaria. Antes era posible acceder directamente a los pies del faro, pero actualmente para proteger la zona han habilitado un parking y desde allí se llega caminando por una estrecha carretera asfaltada.

Este faro situado sobre los acantilados a 78 metros sobre el mar, se ha hecho especialmente famoso por películas como Lucía y el Sexo. Su nombre se debe a que era un lugar muy frecuentado por piratas berberiscos y por la cercanía a Argelia.

Debajo del faro hay una pequeña cueva llamada “cova foradada”. Se puede entrar a través de una grieta y suele haber una escalera de madera poco estable en la que hay que tener precaución para bajar.

Este agujero en la tierra es una gruta que da al acantilado con unas impresionantes vistas al mar. Sin duda, es un lugar único desde el que admirar una bella puesta de sol, respirar la brisa del mar y simplemente disfrutar del paisaje.

En el Pilar de la Mola, el punto más alto y oriental de la isla encontramos el emblemático Faro de La Mola, situado sobre unos impresionantes acantilados de 200 metros.

Este faro es famoso porque, según la leyenda, inspiró a Julio Verne para sus novelas “Héctor Serdavac” y “El faro del fin del mundo”.

Otra impresionante postal para inmortalizar tu visita, con una espectacular foto sobre sus acantilados y el faro de fondo.

Formentera atrapa, y sus faros junto a sus playas y acantilados, son los culpables de la necesidad de volver cada año a conectar con esta mágica isla.